sábado, 26 de enero de 2013

«¡CUIDADO, NO OS EXTRAVIÉIS DE LA SENCILLEZ DEL EVANGELIO!» (2 CORINTIOS 11:3)



¡La primera tentación a la que el Diablo sometió al hombre fue algo para hacerlo supuestamente sabio! ¡El conocimiento! (Gén.3:1-6) Asimismo, ¡muchos libros se siguen escribiendo con la satánica y demoniaca sabiduría del propio Diablo! ¡Astutamente diseñados para engañarte, descarriarte, pervertirte, deformarte y viciarte tanto espiritualmente que ya no puedas reconocer la verdad!
«¡Dios no es Dios de confusión!» (1Cor.14:33) Le gustan las cosas muy sencillas. Por eso es maravilloso tener la guía de la Biblia. Por ella puedes saber qué es perverso y qué es normal, qué está bien y qué está mal. ¡Pero «la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios»! (1Cor.3:19) Y no es posible llenarse la mente y el corazón de conocimientos mundanos, de la insensatez del hombre, sin que ello afecte al espíritu. Del mismo modo que no se puede chapotear en un basural sin ensuciarse (Ver Col.2:8).
¿Para qué perder el tiempo en las complejas y confusas teorías y reflexiones humanas, teniendo a la mano la Biblia, tan sencilla, directa y específica? ¡Escoge el Agua refrescante de la Palabra, que nutre tu alma, renueva tus ideas, eleva tu espíritu, alienta el corazón y purifica todo tu ser! ¿Amén?

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